lunes, 2 de mayo de 2016

Trabajamos el autocontrol motor e impulsividad

Durante todo el curso muchos de los problemas que planteaban con el alumno cn tdah era el mal comportamiento que tiene en clase, concretamente, las dos conductas que deseamos solucionar son las siguientes:

-          Molesta e interrumpe a los demás. El niño con TDAH está resultando un niño incómodo y molesto para los compañeros. Antes de pensar el modo de abordar este comportamiento hemos tenido en cuenta si se trata de una conducta deliberada o de un acto inconsciente fruto de la hiperactividad y la impulsividad. Este hecho es fundamental porque si un niño que puede controlarse, molesta deliberada y malintencionadamente a otro, la medida educativa más adecuada sería un castigo relacionado con esa conducta que podría plantearse de la siguiente manera: "Si no tienes ganas de trabajar y molestas, tendrás que sentarte en otro lugar" (se le aparta del niño para que trabaje solo). En este caso, sin embargo, el niño molesta porque no para quieto y da patadas sin darse cuenta, porque habla o canta mientras trabaja o raya el trabajo del niño de al lado en un impulso puntual.

Las estrategias de intervención que se están aplicando son las siguientes: Cuando el alumno coterapeuta no está en clase, o necesita desconexión y descanso, colocamos varias mesas aisladas en la clase que los niños consideran "mesas especiales para trabajar concentrado". Los niños pueden elegir libremente sentarse a trabajar allí o en su grupo. El niño con TDAH está "abonado" a una de ellas debido a lo "bien que trabaja en ese rincón". Intentamos favorecer conductas de apoyo a los demás, enseñarle a disculparse y limitar su participación en grupos de trabajo para que no resulte un fracaso este esfuerzo de cooperación.

La otra conducta que estamos trabajando es la de que No permanece mucho tiempo sentado, se levanta.

-          El niño con TDAH necesita moverse, por tanto, mantenerse en el asiento durante mucho tiempo tratando de concentrarse en las actividades es algo que le produce un gran desgaste. Algunos niños que en ambientes más relajados o menos estructurados se manifiestan muy movidos, pueden reducir su hiperactividad en la clase pero a costa de un mayor nivel de falta de atención. Es sencillo: si debe controlar su cuerpo, no puede centrarse de la misma manera en otras actividades.


Estrategias de intervención: El profesor debe cambiar el enfoque; en lugar de estar diciendo constantemente al niño que se esté quieto, tiene que buscar el modo de "legalizar" que se levante cuando y con la frecuencia que el profesor desee. Se trata de darle actividades que supongan para él un "respiro motor" en el momento adecuado, como ir a dar un recado, repartir material, etc. Como este tipo de actividades gustan a todos los niños y no podemos centralizarlas en el niño con TDAH, sugerimos aumentar la frecuencia con la que le demandamos que acuda a la mesa del profesor. Dividir las fichas en ejercicios y supervisarle más frecuentemente es una forma de ayudar al niño a que se levante "legalmente". Además, durante los últimos meses estamos dando al alumno responsabilidades, como es el cuidado del huerto, el secretario de la clase…

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